viernes, 28 de mayo de 2010

POLITICA DE DERECHOS HUMANOS

¿UN TEMA DEL PASADO O UNA NECESIDAD PARA EL FUTURO?

Hemos escuchado en muchas oportunidades de boca de la derecha argentina, como así también de ciertos sectores de la sociedad, tal vez guiados por la ignorancia, ciertos argumentos sobre el tema de derechos humanos, tales como que son una cuestión del pasado, que hay que dar vuelta la página, inclusive que nuestro gobierno “hace del odio una política de Estado” y muchos pobres argumentos mas. Lo cierto es que el hecho de que la política de derechos humanos sea una política de Estado es fundamental para nuestro país por dos motivos primordiales.

En primer lugar por el indiscutible derecho a reclamar justicia, por parte de las victimas del terrorismo de Estado y sus familiares.
Vivimos en un país en donde se reclama mediaticamente el endurecimiento de las condenas en el código penal, para los menores que delinquen. Hasta se pide la muerte para estos jóvenes, quienes en muchos casos caen en el delito a causa de la falta de contención social que padecen. Al mismo tiempo es muy llamativo que estos mismos sectores sean los que reclaman el olvido, la amnistía, el perdón para los genocidas.
En definitiva, los que reclaman mano dura en nombre de la seguridad, contradictoriamente buscan cubrir con un manto de impunidad los casos de violaciones a los derechos humanos durante la última dictadora cívico-militar. Recordemos que no se trata de delitos menores. Hablamos de secuestros, torturas, violaciones, robos, asesinatos, apropiación de menores y los más atroces y salvajes crímenes que podamos imaginar, sin mencionar el haber mancillado e interrumpido el orden constitucional mediante un golpe de Estado. Todo esto, sin duda merece y debe ser juzgado. Lo único que puede, mínimamente sanar el dolor de las víctimas es el hecho de que triunfe la verdad y la justicia.

En segundo lugar, la política de derechos humanos es un valor indispensable para el fortalecimiento de la democracia hoy y en el futuro. Es la única manera de desterrar la sensación de impunidad que anida en ciertos grupos de nuestro país.
Hace algunas semanas escuchábamos al dirigente agropecuario Alfredo De Angeli jactarse de haber tenido la posibilidad de “voltear” al Gobierno Nacional (democráticamente elegido) en oportunidad del lock out patronal del año 2008. Luego, declaraba a los medios de comunicación, que había desistido de esa posibilidad porque dentro de quince años lo iban a ir a buscar acusándolo de golpista.
Estas declaraciones demuestran el triunfo de la política de derechos humanos. Se instala en estos personajes con “sueños golpistas” la certeza de que no van a quedar impunes ante tales acciones. Ya sea en meses, en un año, o en veinte años serán llevados a la justicia y deberán rendir cuentas de sus acciones.

Es difícil crear hipótesis sobre el pasado, pero podemos hacer un ejercicio de imaginación y pensar, que habría pasado si el General Uriburu hubiera sido juzgado por haber derrocado al gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen, o si hubiera existido la decisión política de confrontar por sus crímenes a los conspiradores que bombardearon la Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955, como así también a Aramburu, Rojas y tantos otros que derrocaron al Presidente Perón y cubrieron de sangre nuestro país con los fusilamientos del basural de José León Suárez y la persecución y represión cruenta a la primera resistencia peronista.

Seguramente estos personajes no se habrían sentido tan impunes y tal vez, no se hubieran atrevido a arrancar de sus hogares, de la vida, a esos 30.000 compañeros, cuyo único crimen fue pensar y oponerse a la usurpación del poder por parte de estas dictaduras cívico-militares.
Hoy estamos en el camino correcto y los oscuros personajes que siempre sueñan con amañar la voluntad popular a su antojo, ya recibieron el mensaje y saben que la impunidad terminó. Que empieza a instalarse fuertemente en la sociedad la idea que la justicia puede aplicarse y les será aplicada en aquellos que se creen impunes.
Esta lucha por la justicia y por acabar con la impunidad es, a mi entender, lo mas importante que nuestras queridas y heroicas madres y abuelas de Plaza de Mayo nos han legado a los jóvenes, lo cual nos obliga a seguir con su lucha y sus enseñanzas, por nosotros mismos, como así también por nuestros hijos y por las futuras generaciones.


Chrisitan Lamesa
Pergamino
La Cámpora Provincia de Buenos Aires

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