domingo, 14 de abril de 2013

Solidaridad en el barrio San Carlos


Una nueva jornada de la ayuda solidaria a los inundados de La Plata, la más masiva hasta ahora. La Facultad de Periodismo de la UNLP desbordaba de compañeros desde bien temprano. Se podían ver remeras de todas las organizaciones que integran Unidos y Organizados, de gremios, de todas las provincias y a los soldados del Ejército Argentino dignificando el uniforme.

Todos decían presente poniendo el cuerpo, haciendo carne eso de que la Patria es el otro. Algunos decían que iban a ser 12 mil personas en la jornada, pero luego resultó que fueron más de 15 mil. En medio del tumulto de compañeros se lo podía ver a Facundo, el pibe, el compañero al que Néstor le regaló su violín, que vino especialmente desde Jujuy para participar de la jornada. También pasaban funcionarios como el Vicepresidente Amado Boudou, el Ministro de Justicia y Derechos Humanos Julio Alak y el Ministro de Educación Alberto Sileoni, que se sorprendían al ver la gran cantidad de militantes.

Los compañeros de la conducción nacional de La Cámpora pasaban de un lado a otro, organizando. Las ya clásicas filas de pasamanos entraban la mercadería: agua, colchones, comida, lavandina. La organización de la jornada sin duda se perfeccionó. Con la experiencia se aprendió. Lo que no había cambiado era la alegría de los compañeros, que coreaban un cantito y después otro. Se miraban, se reconocían, laburaban, sonreían. El sol remontaba y el día estallaba de peronismo.

Un grupo de compañeros salieron para el barrio San Carlos, al Centro “Gauchito Gil”. El rojo de su poncho teñía las chapas del galpón. Los camiones seguían llegando como durante toda la semana anterior. Los militantes y los vecinos organizados bajaban las cosas que llegaban para luego clasificarlas y distribuirlas. Enfrente, desde su altar, el Gauchito miraba todo y recibía ofrendas, pedidos y agradecimientos. Una radio abierta narraba todo lo que sucedía y bañaba de música la tarde militante. La conductora entrevistaba a los compañeros del Ministerio de Trabajo, que habían llegado con el Programa Jóvenes, una herramienta de un Estado activo y presente. Más tarde, la compañera no podría creer haber compartido el micrófono mano a mano con Victor Hugo Morales

Más compañeros trabajaban en el barrio. Recogían basura, deshechos, lo que el agua se había llevado y lo que había dejado tirado. Limpiaban casas, podaban árboles, relevaban necesidades. Algunos hacían base en un Centro de Acceso a la Justicia cercano mientras a otros se los veía en las calles, conversando con los vecinos que no sólo los recibían y atendían sino que también les cebaban unos mates.

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