Cientos de militantes acompañaron las tarde del pasado jueves 29 de mayo a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la inauguración de la Planta Depuradora de Líquidos Cloacales Del Bicentenario, ubicada en las localidad de Berazategui, una obra hidráulica y de saneamiento ambiental, sin precedentes en Argentina.
"Hace más de un siglo el 30 por ciento de las redes cloacales de los partidos de San Fernando, San Isidro, Vicente López y el 100 por ciento de las cloacas de la Capital Federal, Avellaneda, Quilmes, Florencio Varela y Berazategui, desagotaban en este último municipio los efluentes de más de 4 millones de habitantes. Hoy estamos poniendo en marcha esta obra, que no es de infraestructura solamente, es una obra de saneamiento, de dignidad”, aseguró Cristina durante su discurso en la planta de Aysa.
La Jefa de Estado recordó que cuando el ex presidente Néstor Kirchner decidió “rescindir la concesión a Suez - concesionaria de la ex Aguas Argentinas - , ni siquiera había hecho una cuarta parte de las obras que se había comprometido”. Y apuntó sobre la obra inaugurada: “La comenzó él y la termino yo. Es un proyecto político que comenzó una obra y que como tal la terminó. Hoy la estamos inaugurando para que Berazategui tenga la posibilidad de vivir con dignidad”.
En la misma línea, la Presidenta resaltó las obras de saneamiento inauguradas mediante videoconferencia en Tigre, Quilmes e Ituzaingó y puntualizó su deseo de cumplir “uno de nuestros sueños más caros: que todo el mundo en la Argentina tenga cloacas y agua potable, porque esto es la posibilidad de mejor calidad de vida, de bajar la mortalidad infantil”. “Podés tener los mejores médicos y remedios, pero cuando te llega un pibe donde en la casa no hay cloacas, las posibilidades de ese pibe son mucho menores que el de una casa donde hay luz, gas, cloacas y agua potable”, aseguró.
Además, aprovechó el discurso para reivindicar el acuerdo alcanzado la madrugada de ayer para que la Argentina salde su deuda con el Club de París y remarcó que se logró “sin resignar la autonomía que debe tener todo país para determinar sus políticas económicas y sociales”, haciendo referencia a que "es la primera vez en la historia que un país en nuestras condiciones negocia sin la intervención del FMI".
Hacia el final y para dar cierre al acto, Cristina apeló a la unidad y a la solidaridad del pueblo para que la Argentina siga creciendo como lo viene haciendo desde 2003: “Yo le quiero pedir a cada argentino y argentina que hoy ha logrado vivir un poco mejor, que tiene mucho más que lo que tenía en 2003, que mire atrás o al costado y que no deje a nadie atrás. Que nos detengamos un momento y le tendamos la mano al que no tuvo la misma fuerza”.
Durante el acto, la Presidenta estuvo acompañada por el gobernador bonaerense Daniel Scioli; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; el intendente de Berazategui, Patricio Mussi, y el presidente de AySA, Carlos Ben. Previo a su discurso, además de contactarse con Tigre, Quilmes e Ituzaingó, donde inauguró obras de saneamiento; se comunicó con la ciudad bonaerense de Lima, donde dio la orden para que comience a fluir el agua pesada en el sistema de la Central Nuclear Néstor Kirchner, ex Atucha II, con lo que se inauguró la fase nuclear de ese emprendimiento.
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