Para los compañeros de La Cámpora Saladillo, las actividades de Malvinas comenzaron el domingo 1 abril por la noche, en una vigilia organizada en la plaza "Islas Malvinas" por los veteranos de guerra de la localidad, a la que asistieron e hicieron entrega de un presente a los organizadores.
Los compañeros definieron a dicho episodio como una “aventura” o “manotazo de ahogado” de la última dictadura militar buscando perpetuarse en el poder, poniendo en juego la vida de miles de jóvenes sin experiencia alguna en materia militar, despojados de armas, ropaje y alimentos básicos e indispensables para la supervivencia, a lo que, en su mensaje de este lunes 2 de abril, la compañera presidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo referencia en los siguientes términos: "¿Por qué será que la historia siempre se lleva a los jóvenes en los momentos difíciles?".
Podría decirse que, en síntesis, todos entendieron a aquel episodio como una apuesta desquiciada y fatal, de un régimen que sólo podía prolongar una agonía, cuya fecha de muerte ya estaba sentenciada, especulando con la posibilidad de que el Reino Unido no saliera a la contraofensiva para recuperar dos pequeños y distantes archipiélagos, perdidos en lo profundo del océano atlántico. Al respecto, la Presidenta planteó que "es una injusticia que en pleno siglo XXI todavía persistan enclaves coloniales como los que tenemos aquí, a pocos kilómetros de distancia, y a 14 mil kilómetros de distancia del Reino Unido".
A su vez, Cristina afirmó que "no fue una decisión del pueblo argentino la del 2 de abril". En relación a ello, los compañeros desmenuzaron dicha sentencia de la Presidenta, alegando que no fue un gobierno elegido democráticamente quien se embarcó en aquella aventura, sino un régimen dictatorial instaurado por la fuerza, que no sólo fue causante del fatalismo de una guerra absurda, sino que además fue causante del terrorismo de estado más sanguinario del que se tenga recuerdo, aplicando políticas económicas y sociales que despojaron al destierro la dignidad de millones de argentinos, excluidos del circuito laboral, educativo y cultural.
Finalmente, los compañeros resaltaron que aquel antecedente manchó para siempre la postura antibélica del país, pero que ahora, más que nunca, Argentina había retomado el camino que nunca debió haber abandonado: la vía diplomática. Para luchar por lo que por historia, geografía y sentimiento, le perteneció, le pertenece y le pertenecerá por siempre. En torno a ello, la Presidenta aseguró: "Queremos justicia para la región y una zona desmilitarizada. No queremos tambores ni cascos de guerra".
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