Sentencia en Tandil a los cómplices de la dictadura

Los responsables del asesinato de Carlos Alberto Moreno fueron juzgados, finalmente, en un juicio penal, oral y público realizado en Tandil, el día viernes 16 de marzo. Las audiencias tuvieron lugar en el Aula Magna de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.

El Tribunal Oral en el Criminal Federal de Mar del Plata condenó a prisión perpetua a los ex militares Julio Alberto Tomassi, Roque Papalardo y José Luis Ojeda, y dispuso una pena de quince y once años respectivamente para los civiles Felipe y Julio Méndez, en la causa por privación ilegal de la libertad, tormentos y homicidio del abogado laboralista Moreno, hechos ocurridos en Tandil en el año 1977. También se ordenó abrir la instrucción para investigar las responsabilidades de la empresa Loma Negra, contra los ex directivos como presuntos instigadores del homicidio por codicia; contra la Suprema Corte de Justicia de la Provincia y el ex ministro de Gobierno, y contra el teniente coronel retirado Ignacio Aníbal Verdura, ex jefe del Regimiento de Olavarría, ya que su víctima defendía a los obreros de la cementera.

Luego de oír la sentencia, su hijo, Matías Moreno, expresó: “Mi padre se llamaba Carlos Alberto Moreno, era abogado laboralista de Olavarría y a partir de asumir el compromiso de su trabajo como abogado y militante le ganó varios juicios a la empresa Loma Negra por la salud de los trabajadores. El 19 de abril del ’77 lo secuestraron, lo torturaron y asesinaron. Hoy, a 35 años del asesinato, mi viejo ganó un juicio más”

En primera fila Susana Lofeudo, sus dos hijos y nueras, evidenciaron una sensación de paz y de justicia, ante un veredicto que finalmente llegó, después de 35 larguísimos años de espera.

El auditorio del rectorado de la Unicén estaba atestado de público. Familiares, amigos, militantes políticos y también, en la primera fila, Taty Almeida, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Sara Dorotier de Cobacho, Secretaria de Derechos Humanos Bonaerense; Luis Alem, representante de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación; y mezclados entre el público los legisladores provinciales María Isabel Gainza -la cual en un inicio de la causa, patrocinó junto a Martín Dambolena a la familia Moreno-, César Valicenti y Emilio López Muntaner, quien además es hermano de uno de los desaparecidos durante la Noche de los Lápices.

Las condenas a los hermanos Méndez tienen, al menos, un aspecto de enorme trascendencia. Ambos son civiles, y como tales fueron condenados, lo que constituye un rasgo hasta ahora inédito en el país. Se trata del primer caso de integrantes de la sociedad civil, que movidos por sus propios intereses económicos y lazos con la dictadura, fueron penalmente sancionados y enviados a la cárcel por su participación "necesaria" en el secuestro, torturas y homicidio de la víctima.

Contenidos por la expectativa del veredicto, el "bravo" del auditorio se extendía entre aplausos, abrazos y mucho llanto. Luego, el clásico "ole ola, ole ola, como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar".

Además, se realizaron actividades culturales y artísticas, presentándose cinco bandas de Tandil, La Plata y de Capital Federal, que otorgaron un marco musical a la jornada, y mostraron su compromiso con la causa. Tocaron Planeta Frito, Los Cocos, la banda local The Nylons, que fue seguida por Encías Sangrantes. Por último, el público presenció el show en vivo de la banda argentina Karamelo Santo, que recorrió gran parte de su repertorio.

Se hicieron presentes integrantes de distintas agrupaciones políticas, sociales y de derechos humanos. Integrantes de H.I.J.O.S y de las organizaciones La Cámpora, el Movimiento Evita, Partido Obrero, Juventud Sindical, entre otras, viajaron hasta la ciudad y aportaron fervor a la jornada. También participaron cientos de personas, que se acercaron a presenciar la lectura de la sentencia.

En apenas quince minutos, se resignificó con intensidad el compromiso total de Carlos Alberto Moreno, el cual fue reivindicado gracias a la condena de sus victimarios con las herramientas de la ley, revalorizadas gracias a la decisión política del eterno compañero Néstor Kirchner, y de su contribución a la causa de justicia por los crímenes de lesa humanidad.